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Ruta Sucre

Cuando se visita Sucre y se entra en contacto con su sabana fértil y verde, sus Montes de María y su parte del mar Caribe, se entiende por qué tantos compositores de porros y vallenatos, entre ellos Rubén Darío Salcedo y Alfredo Gutiérrez, le han cantado a esta tierra. Además de inspirar sentidas canciones, el paisaje le ha hablado también a los artesanos de este departamento, uno de clara vocación artesanal, e inevitablemente se ha manifestado en sus piezas. No es posible separar la artesanía del lugar en el que se hace y esto se hace evidente cuando aparecen representados, entre fibras y madera, los Montes de María o los animales propios de la región, como las guartinajas o las hicoteas. En estas tierras ricas y calientes de Morroa, Sampués, San Onofre y Colosó crece la caña flecha, la palma de iraca, le ceiba tolúa, el colorado y el algodón, plantas usadas como la materia prima de los sombreros vueltiaos, las cestas de iraca, las piezas de madera talladas y las hamacas tejidas.

Te proponemos una ruta en la que conocerás cómo estos artesanos de nuestro mapa transforman lo que les da la tierra en objetos únicos, mientras disfrutas del paisaje de sabana y mar, la música y los platos típicos en compañía de su gente amable y calurosa que hace sentir bienvenidos a todos sus visitantes. Verás cómo conviven la herencia étnica zenú y las tradiciones cristianas en sus pueblos devotos, populares por sus celebraciones de Semana Santa. No te puedes ir sin tomarte un jugo de corozo y probar el sabroso mote de queso o, el de guandul, y los amasijos locales: el bollo limpio, los diabolines y los pasteles de la sabana. Agéndate para coincidir con las fiestas del departamento: el Encuentro de veleros de Tolú en marzo, las procesiones religiosas de Tolú en Semana Santa, el Festival del Pito atravesao en Morroa a principio de junio, el Encuentro Nacional de Bandas en Sincelejo en noviembre, o el Reinado Nacional del Sombrero Vueltiao de Sampués, a final de año.

Comienza un viaje lleno de historia

Imagen del mapa de Ruta Sucre

Te proponemos este recorrido

 Recomendaciones

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 Días

3 días

Imagen de MORROA — SAMPUÉS — TOLÚ

MORROA — SAMPUÉS — TOLÚ

Arrancamos la ruta en un pintoresco pueblo de tejedores de hamacas. Si llegas en avión al aeropuerto Las Brujas de Corozal te tomará 15 minutos (4,6 km) estar en Morroa. Te recibirán los monumentos de La Devanadora sentada en su taburete y de El Pitero Pablo Domínguez, que exaltan la tejeduría en hilo y el pito atravesao, una flauta de caña que se toca como la flauta traversa. Verás por qué esta es tierra de tejedores, pues es costumbre que los morroanos se sienten a tejer en sus terrazas. Queremos invitarte a que conozcas a Minelva Corena y Argemiro Corrales, quienes te mostrarán todos los pasos de la tejeduría, desde la devanada del hilo hasta la paleteada del tejido. Con Argemiro aprenderás, además, de su maravilloso trabajo con los tintes naturales. Sube a la cúpula de la iglesia de San Blas para tener una vista del terreno ondulado por los Montes de María y prueba los pasteles de la sabana de las hermanas Piña sobre la troncal, que según cuentan, eran parada obligada de Diomedes Díaz. No debes irte sin comer un amasijo con pava de ají.

A 26 kilómetros de Morroa está Sampués, un antiguo resguardo indígena zenú al que te recomendamos llegar a almorzar un asado sucreño o un sancocho en La Becerra y, para el postre, ir al parque y probar los Helados Coquitos. Aquí, visita a Élida Polo y su hijo Víctor Otero, quienes te mostrarán todo lo que se puede confeccionar con las trenzas de caña flecha con las que se teje el sombrero vueltiao. A 11,8 kilómetros del pueblo está la comunidad indígena de Huertas Chica, en donde fue inaugurado el Ecoparque Turístico Zenú, un lugar para conocer más sobre su cultura e historia y disfrutar de la naturaleza junto a una hermosa laguna.

Antes de arrancar para Tolú, que queda a 53 kilómetros y en donde te recomendamos pasar la noche, disfruta los típicos bollos casaos y pide una prueba de la chicha de maíz que destilan en el proceso.


TOLÚ — SAN ONOFRE

No se puede venir a Sucre sin pasar al menos dos días en las playas de arena blanca y aguas cristalinas de Tolú. Aquí se reúnen la ciénaga, los manglares, las playas y los arrecifes que rodean las islas de San Bernardo, en el Golfo de Morrosquillo. Si te gusta el ecoturismo, podrás apoyar el turismo comunitario y la conservación del manglar en la reserva natural Ciénaga de la Leche, a 20 minutos del casco urbano. También podrás entregarte al avistamiento de aves en el sector de La Loma.

Escoge uno de los dos días para madrugar y tomar una lanchas hacia las islas del archipiélago de San Bernardo. Te esperan sus playas blancas rodeadas de arrecifes de coral, ideales para el descanso bajo el sol o el buceo. Aunque si no te quieres mover, puedes tomar el sol en la playa El Francés, o en el malecón de Tolú, donde encontrarás una amplia oferta de restaurantes para comerte una deliciosa cazuela de mar, o un plato de sierra, pargo rojo, chipi chipi, camarones o langosta. Visita la Casa de la Cultura y la Escuela Gastronómica y Turística del Golfo de Morrosquillo.

A 35 kilómetros de Tolú te espera San Onofre. Aquí vive Blas Agustín Blanco, un tallador de la madera de ceiba tolúa, colorado y teca, que hábilmente transforma la materia en recipientes y animales. Después de conocer su trabajo, y de camino a Rincón del Mar, zona de playa, pasa por el corregimiento de El Higuerón para visitar a Carmelo Castillo, el artesano de la madera que hace recipientes inspirados en la naturaleza que lo rodea y tiene las palabras precisas para describir el profundo amor que siente por su oficio. Allí te recomendamos pasar la noche así como almorzar delicias en el restaurante La negra. Si quieres seguir conociendo la costa caribe, escoge entre las playas Verrugas o Balsillas, o los manglares de la Reserva Natural Sanguaré.

Imagen de TOLÚ — SAN ONOFRE

Imagen de COLOSÓ — SINCELEJO

COLOSÓ — SINCELEJO

Volvemos del mar a los Montes de María para visitar Colosó, a 65 kilómetros de San Onofre. Este pueblo parece sacado de un cuento. De entre su arquitectura colonial y sus construcciones en madera destacan la Iglesia de San Miguel Arcángel, la Biblioteca Pública y la Casa de la Cultura. Cerca del pueblo podrás refrescarte en el agua dulce y cristalina del Salto del Sereno o del Pozo de Arizal, en cuyas riberas crece silvestre la palma de iraca, usada en Colosó por las artesanas del taller de Martha Borja. Esta mujer amable e ingeniosa lidera un grupo de más de 20 tejedoras en rollo de iraca, una técnica inventada aquí mismo. En sus cestas podrás ver la rica naturaleza que las rodea, las frutas de su huerta y las aves que la visitan.

Terminamos la ruta a 34,6 kilómetros en la capital, Sincelejo, famosa por sus fiestas de toros celebradas en enero. Seguramente habrás oído el porro Fiesta en Corralejas, que suena desde 1969 y todavía ambienta las fiestas navideñas y de año nuevo. Si es así, cuando visites la Plaza Majagual, un punto de encuentro cotidiano entre los sincelejanos, pregunta por Rubén Darío Salcedo, su compositor, que suele pasar la tarde en este lugar. Junto a la plaza está el Museo Finzenú donde podrás aprender más sobre su historia y legado, y después caminar hasta el Parque Santander en donde, todos los miércoles, se presenta la Banda Departamental y toca porros de la sabana. Visita la imponente Catedral de San Francisco de Asís y la Plaza Olaya Herrera. Para despedirte, te recomendamos almorzar en Gastrolab, muy cerca de la Plaza Majagual, y probar el giro que le han dado en sus preparaciones a los ingredientes típicos de la región, o en María Bonita, en el centro, para comerte un poderoso mote de queso o un sancocho que te dejarán satisfecho y con ganas de regresar.


Cocinas tradicionales
y bocados típicos

Provócate

Artesanías

Para comer sí o sí

El Golfo de Morrosquillo nos ofrece gran variedad de pescados y frutos del mar de la pesca del día preparados de diferentes formas y que nos permiten conocer la cultura de esta parte del departamento; pescados y mariscos fritos, sudados y asados, acompañados de arroz con coco y ñame. Los restaurantes Montucuy, en Coveñas, y Tolú al día son opciones recomendadas para probarlos.

El mote con queso y bleo, acompañado de arroz de cabecita negra es el plato de mayor representatividad y originalidad en el departamento. Es una poderosa sopa de ñame, queso costeño, suero y el bleo de chupa, una planta de hojas comestibles, que le da una distinción especial. El arroz de cabecita negra es un acompañamiento imprescindible de los diferentes platos del departamento. Para probar este delicioso plato en la ciudad de Sincelejo ve al restaurante Rancho Grande.

A almorzar se dijo

El viudo de pescado elaborado con Bocachico, y diferentes pescados de río, es una preparación que reúne los sabores fluviales del departamento. Es un guisado de pescado que se acompaña de ñame, yuca y plátano, todos estos cocinados encima del pescado para captar toda su sazón. En los restaurantes Itamburí, en Tolú, y Miro mar, en la vía a San Onofre, puedes probarlos con todas las de la ley.

El mondongo, preparación insignia de Sucre, es una sopa cocinada por largas horas, con la panza de la vaca, pata de res, ñame, plátano, guiso y especias. En el restaurante Donde Mingo, en Galeras, se  ofrecen variedad de platos típicos para turistas y locales.

Sabores para descubrir y picar

Sucre ofrece a sus comensales preparaciones autóctonas que varían de acuerdo a la ubicación geográfica. Prueba en Diabolines La Favorita en Sincelejo estas bolitas crujientes de masa de yuca y queso costeño, acompañados de jugo de corozo o chicha. También los pasteles de la sabana son envueltos elaborados con masa de maíz y carnes adobadas, entre hojas de plátano y cocidos al vapor; para disfrutar de ellos está el restaurante Pasteles de la Sabana, en Corozal. Hacia la costa prueba la variedad de ceviches y crudos de la pesca del día, que se acompañan del bollo limpio, una preparación de maíz que se cuece envuelta en hoja de bijao o plátano y es un acompañamiento obligado para la mayoría de platos del departamento. La Cevichería y Restaurante Roberto, en Tolú es una buena opción para comerlos.

Para endulzar el paladar y bebidas imperdibles

Aquí las preparaciones de dulces a base de fruta, como los caballitos de papaya verde, conservados en almíbar de panela, la jalea de mango, el arroz con leche o el con coco, dulce hecho en leche de coco y canela, las cocadas, el dulce de ñame y la torta de ahuyama se convierten en el final perfecto de la merienda de la tarde y un paso obligado por las plazas de mercado del departamento. Existen emprendimientos locales como Wen frutas naturales, en Sampués, que ofrecen estas delicias dulces y sus conservas de frutas para que turistas y locales puedan llevar a sus hogares y disfrutarlas a cualquier hora.

En Sucre existen una gran variedad de bebidas fermentadas como la chicha de maíz, de corozo, de arroz y de tamarindo, deliciosos jugos de corozo, zapote, mango biche y maduro y el guarapo de papelón con jugo de limón que, bien frío, refresca tremendo calor. Estas bebidas es muy común encontrarlas en las plazas de mercado y los diferentes parques de los municipios.

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Sitios recomendados

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Pueblo Patrimonio

La Red Turística de Pueblos Patrimonio de Colombia es un programa especial del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, ejecutado por FONTUR, que trabaja con 17 municipios de Colombia que poseen declaratoria de Bien de Interés Cultural (BIC) a nivel nacional para su valoración y proyección mediante el turismo, generando así más oportunidades de desarrollo y sostenibilidad en las comunidades.

La Medalla a la Maestría Artesanal es un galardón que Artesanías de Colombia entrega anualmente, con el cual se hace un reconocimiento a aquellos artesanos, empresas y comunidades artesanales que, contando con una trayectoria destacada, sobresalen a nivel nacional por su excelencia en el oficio así como por preservar el quehacer artesanal.


Denominación de Origen

Es un signo distintivo que identifica productos reconocidos o famosos por tener una calidad o características específicas derivadas esencialmente del lugar de origen y la forma tradicional de extracción, elaboración y producción por parte de sus habitantes. La protección conferida sobre una Denominación de Origen implica que ninguna persona puede identificar con la denominación protegida productos iguales o similares a los amparados, cuando no provengan del verdadero lugar y no cumplan con las características o calidades que le han dado la reputación al producto reconocido. Las Denominaciones de Origen para productos artesanales colombianos que han sido protegidas por la Superintendencia de Industria y Comercio en nuestro país son actualmente 12.

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