Ir al Chocó es una decisión. Una en la cual se viaja a este Pacífico colombiano con la voluntad plena por descubrir un mundo al que se busca mirar y sentir muy hondo, una inmersión que permita entender cómo es que se vive en un lugar tan profundamente hermoso y sus gentes se sientan tan olvidadas por su país. Esto, sin embargo, no hace de sus habitantes personas cabizbajas, todo lo contrario, cada una de ellas tiene una fuerza que se le sale por los poros, esa que se ha pegado a piel al saber que no hay tiempo para lamentarse y, en su lugar, resolverlo todo con el poder del trabajo y de la fe, ambas esferas sazonadas por el espíritu de la fiesta y el sabor de sus recetas. Y se sienten orgullosos de tener un río en la sangre: el inmenso Atrato.
Estas son las cualidades que queremos presentarte en esta ruta artesanal por Quibdó y Bahía Solano, así como invitarte a recorrer las aguas verdeazuladas de la Ensenada de Utría, donde nacen las ballenas, vecina de Nuquí. Entender este territorio es saber que comunidades negras e indígenas Tikuna y Embera dobida comparten esta tierra húmeda desde los tiempos más ancestrales, así como honrar la devoción a un patrono como San Francisco de Asís, al que con cariño se le dice San Pacho, y se le trata como ese ángel guardián que a todos protege y les permite orarle, cantarle y bailarle alegrías y tristezas desde el 20 de septiembre hasta el 4 de octubre de cada año. Los quibdoseños, quienes describen felizmente que viven en montonera, pues media cuadra al lado de sus casas está plagada de familia, se han hecho famosos por tremenda parranda espiritual que allí se vive.
En esta aventura te llevaremos a conocer a maestros talladores de maderas como el Oquendo, el choibá o el guamo y joyeras en mostacilla, así como te presentaremos las destrezas de las maestras tejedoras, quienes celebran la belleza de fibras como la damagua y la palma de iraca. Y para acompañar este recorrido de oficios, te proponemos completar la experiencia visitando el parque natural y sendero ecoturístico de Tutunendo, al lado de Quibdó, un destino biodiverso, sostenible y certificado (cumple los 118 requisitos que se exigen, 60 de los cuales son ambientales), un escenario colmado de ríos y cascadas y una naturaleza exuberante en donde se avistan pájaros.
Además, te invitamos a acompañar a los habitantes de Bahía Solano en la maravillosa tarea de liberar a las tortugas que hacen en sus playas. Y cómo olvidar que en Chocó también podrás probar bebidas alcohólicas artesanales como el viche o saborear un sabroso arroz de longaniza… como verás, las capas que se te presentarán en este destino son infinitas, así que ¡visita este departamento!
Agendar anticipadamente la visita con los artesanos
Llevar dinero en efectivo
Preferiblemente ir con operador turístico
3 días
Avión
En la capital de Chocó hay planes para hacer y deshacer. Un día destínaselo a visitar los maestros talladores Adriano Corrales y José Félix Murillo, a la joyera embera Rosa Helena Chamorro o las tejedoras Géminis Audivet y María Delfina Mosquera. Al punto de que puedes armar tu paseo haciendo una ruta arquitectónica por su centro histórico, en donde la parada obligada es la Catedral San Francisco de Asís, así como contemplar la inmensidad del río Atrato desde su malecón. Las Fiestas de San Pacho (del 20 de septiembre al 4 de octubre) son patrimonio inmaterial de la humanidad desde 2012, por conmemorar la resistencia y la diáspora del pueblo africano. Asimismo, no dejes de hacer la ruta gastronómica –para en su plaza de mercado y en los restaurantes típicos para ello–, en donde puedes degustar sopa de queso, arroz con longaniza o atollado y pescados bacalao o tapao. Súmale la ruta de las bebidas ancestrales, en donde se preserva y enseña a catar el viche y otras bebidas hecha a partir de plantas medicinales en el Museo de Las Balsámica. Por último, y no menos importante, la ruta de la música tradicional en la Cumbancha, en donde los fines de semana podrás conocer a qué suena una chirimía. Pero si tu plan es más ecoturístico y de aventura, ¡te tenemos el plan! Visita el parque Tutunendo, Chaparraidó, Río Ichó, paraíso para amateurs y expertos en la naturaleza. Ya sus senderos se colaron en el Global Bird Day, gracias a sus muchos pájaros. No dejes de probar la miel que se está extrayendo en sus colmenas.
La mejor manera de llegar a este destino es por avión. Desde Quibdó, Medellín, Cali o Bogotá. En este paraíso en donde la gente se despierta por el rumor de las olas, podrás conocer a Gilberto Jave y a Denis Onorio Mecha, ambos, talladores con aprendizajes distintos del oficio, por el origen pescador del primero y por la tradición indígena del segundo. Además, no te puedes perder de recibir la clase de liberación de tortugas golfinas que dicta Gilberto en la playa El Almejal, una experiencia única que ocurre de septiembre a noviembre cuando nacen. Esas arenas son el lugar de mayor anidación de estos animales de toda la costa pacífica de América del Sur. Por si fuera poco, también aquí puedes ver ballenas jorobadas saltando entre sus aguas, entre julio y noviembre. Es un lugar en donde, además, puedes aprender a surfear y a bucear, así como recorrer su río Tundó, paisaje colmado de manglares y decenas de pájaros que allí se abrigan. Será el espacio ideal para que aprendas de ese ecosistema de selva húmeda tropical. Con abundancia de oferta culinaria y hotelera, pasarás allí unos días estupendos.
A Nuquí puedes llegar desde Bahía Solano recorriendo la orilla del Pacífico; hay una lancha que va de un destino al otro un par de días de la semana. También puedes llegar directamente desde Medellín. Será un lugar en donde sumergirte en la comida y la música tradicionales de las comunidades afro, puro ambiente de fiesta y sabor, pero también, la puerta de entrada para que penetres a la Ensenada de Utría, ese vientre de aguas calientes azules y verdes en donde las ballenas nacen entre julio y octubre. Es un paisaje de manglares en donde la marea se acomoda a diario colmando y vaciando sus playas. También, en donde nadar en la noche en sus aguas tranquilas es tener la posibilidad de ver cómo se ilumina el pláncton con su fosforescencia. Es el lugar ideal para escaparse del día a día, pues no hay señal y nadie podrá llamarte. Podrás navegar en kayak y caretear en las playas de Huina, Playa blanca, Guachalito, Morromico, Coquí o sumergirte en las termales de Jurubirá.
La cocina chocoana es una expresión de la diversidad cultural y natural de la región del Pacífico colombiano. Se caracteriza por el uso de ingredientes naturales que provocan sabores explosivos, haciendo de sus platos el vehículo ideal para recrear los imaginarios colectivos de una región. La cocina de Quibdó se ve influenciada por su historia y geografía, fusionando los sabores y saberes de la cocina española, la indígena y la tradición culinaria de la comunidad afrodescendiente. Algunos de los platos típicos de la cocina chocoana son el capricho de camarón, el mondongo chocoano, la entrada de longaniza, el bacalao, el encocado de pescado, el sancocho de gallina y el arroz con coco, entre otros. ¡Imperdibles las visitas a las plazas de mercado!
Algunos de los platos más representativos son la sopa de queso, una sopa con queso, pasta y papa que se condimenta con ajo, cebolla y caldo de gallina. Muy parecida al mote del Caribe pero con la deliciosa sazón de la hierbas de azotea, condimentos como el cilantro cimarrón, el oreganón, el poleo o menta, las albahacas verde y negra y el achiote, que se suelen sembrar en altura (de ahí su nombre) dada la humedad de la región. También encontramos el arroz bochinche que es un arroz con longaniza y carne de cerdo, bañado con una salsa de tomate, cebolla, ajo, zanahoria, habichuelas y arveja; muy famoso por el uso de la longaniza ahumada. El arroz de maíz con camarón de río, que se cocina con jugo de maíz molido, queso salado y camarones de río cocinados con cebolla, tomate, poleo, cilantro, albahaca y ajo. De nuevo, el protagonista es el sofrito de hierbas de azotea. Y por último, por supuesto el pescado frito, apelando a un pescado fresco de temporada que se sofríe y se acompaña con arroz de coco, ensalada y patacones.
El Chocó tiene una gran variedad de bebidas típicas, pero una de las más populares es el arrechón, una bomba energizante que se prepara con leche, leche condensada, crema de leche, brandy o ron, canela, clavos de olor, nuez moscada, vainilla, panela y borojó. Se sirve fría y es todo un mito porque se dice que es afrodisíaca. El jugo de borojó, que es una bebida refrescante y nutritiva que se elabora con este fruto de un árbol endémico de la región del Pacífico. Se mezcla con leche, agua, panela, huevos, vainilla y hielo y produce un sabor dulce y ácido a la vez. Y cómo no mencionar el famoso viche, que es una bebida alcohólica artesanal que se obtiene a partir de la fermentación de la caña de azúcar antes de su maduración. Tiene un alto grado de alcohol y se consume en ocasiones especiales o festivas.
También está el jugo de yuca, una bebida espesa y dulce que se hace con yuca cocida, leche, panela y canela. Se puede tomar caliente o frío y se acompaña con queso o galletas. Y, por último el tradicional chocolate de leche con coco, caliente y cremoso, con leche, chocolate, coco rallado, azúcar y canela. Se toma en el desayuno o en la merienda y se suele acompañar con pan o arepas.
Los dulces más tradicionales del Chocó son una delicia para el paladar, elaborados con ingredientes naturales y locales, como el coco, el borojó, la yuca, el maíz y la panela. Algunos de los postres más representativos son las cocadas, bolitas fritas de coco rallado con azúcar o panela, que pueden llevar otros sabores como guayaba, piña, fresa, avena, zanahoria o leche. Se comen como bocadillo o postre. El postre de birimbí, que es una colada espesa y fermentada de maíz pilado con panela, canela, clavos de olor y hojas de naranjo. Se sirve frío o caliente, con un poco de leche. El dulce de papaya verde, con coco rallado, y cocinado con panela y clavo de olor. Se deja secar hasta el punto deseado. La mermelada de borojó, dulce y ácida, y que se hace con la pulpa del borojó y azúcar. Se puede untar en pan o galletas, o usar como relleno de tortas o empanadas. Y, la torta de zanahoria, un pastel suave y húmedo que se hace con zanahorias cocidas y molidas, queso blanco rallado, miga de pan, mantequilla, huevos, harina de trigo, leche cremosa y vainilla. Se puede decorar con crema o coco rallado.
La Red Turística de Pueblos Patrimonio de Colombia es un programa especial del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, ejecutado por FONTUR, que trabaja con 17 municipios de Colombia que poseen declaratoria de Bien de Interés Cultural (BIC) a nivel nacional para su valoración y proyección mediante el turismo, generando así más oportunidades de desarrollo y sostenibilidad en las comunidades.
La Medalla a la Maestría Artesanal es un galardón que Artesanías de Colombia entrega anualmente, con el cual se hace un reconocimiento a aquellos artesanos, empresas y comunidades artesanales que, contando con una trayectoria destacada, sobresalen a nivel nacional por su excelencia en el oficio así como por preservar el quehacer artesanal.
Es un signo distintivo que identifica productos reconocidos o famosos por tener una calidad o características específicas derivadas esencialmente del lugar de origen y la forma tradicional de extracción, elaboración y producción por parte de sus habitantes. La protección conferida sobre una Denominación de Origen implica que ninguna persona puede identificar con la denominación protegida productos iguales o similares a los amparados, cuando no provengan del verdadero lugar y no cumplan con las características o calidades que le han dado la reputación al producto reconocido. Las Denominaciones de Origen para productos artesanales colombianos que han sido protegidas por la Superintendencia de Industria y Comercio en nuestro país son actualmente 12.
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