Hay gente orgullosa de sus orígenes, y entre los primeros de la lista, los casanareños. Les vibra la voz al hablar de su pasado campesino y lo cargan como un estandarte que clavan sobre la tierra como fundamento de lo que son. Lo más lindo, es que lo mantienen vivo en eso que llaman La Llaneridad, un pálpito que le comparten generosamente a quien lo quiera conocer y que empieza por no dejar perder la riqueza de su lenguaje. Para ellos no hay nada más bello que narrar su tierra al son de un canto de vaquería, versos que le cantan a las llanuras y a las faenas de esos hombres que se iban a enlazar, herrar o colear bestias para llevarlas de un lugar a otro.
También conservar las tradiciones que de este trabajo de campo se derivan, bailar joropo, tocar el cuatro, el arpa o las maracas y cantar, así como cargar el pollero, ese saco donde se metía el bastimento, la deliciosa lonchera llanera con torrejas de trigo, carne seca y plátano, tungos o envueltos de arroz y un gofio o dulce de maíz y panela, el tentempié para sobrellevar la dura jornada de cabalgata. El premio será extenderse sobre un chinchorro y, si se quiere más, sobre la campechana, esa hamaca de cuero tejida, una elegancia sobre la que hay que acostarse alguna vez en la vida.
Son mil los cuentos que echan estos hombres y mujeres enamorados de su tierra, entre los cuales los artesanos a los que te invitamos a visitar, todos, maestros y maestras que preservan las tradiciones de su pueblo. Un ingrediente particular de este lugar es que, aunque no se haya nacido en Casanare, éste paisaje adopta, pues lo cierto es que es un departamento receptor y muchas personas han encontrado allí no solo trabajo sino dónde echar raíces, como no los cuentan nuestros artesanos, exponentes magníficos de estas migraciones.
Esa es la razón, además, por la cual la cocina casanareña tiene recetas que combinan la cercanía con los vecinos, hayacas de Venezuela o arepas boyacenses de maíz y las chamezanas, de yuca, de Yopal. O se oye tanto carranga como joropo. Por supuesto, esta descripción no estaría completa si dentro del paisaje no incluimos la riqueza natural de este paraíso en donde el avistamiento de aves, jaguares, venados y chigüiros es parte del paseo. Imagínate un viaje largo, pues allí encontrarás todos los pisos térmicos y, solo en el recorrido que te proponemos, queremos que vayas a Yopal, Paz de Ariporo, Tauramena, Aguazul y Villanueva, todos, municipios con una gran vocación artesanal y en cuyo entorno encontrarás muchos planes culturales y ecoturísticos increíbles. Viaja al Casanare, será un paseo inolvidable.
Agendar anticipadamente la visita con los artesanos
Llevar dinero en efectivo
Viajar en época de verano (diciembre - abril)
6 días
Carro o bus
Yopal, la capital del departamento, es municipio fundado en 1915 en una búsqueda constante por desentrañar sus raíces coloniales y, de esta manera, revelar la importancia que tuvo en la campaña libertadora. De hecho, en trabajos arqueológicos en el corregimiento de El Morro, piedemonte vecino con Boyacá, se han encontrado caminos reales. Asimismo, en Matelimón, su comunidad recrea las hazañas en una rica tradición oral. Para empaparte en ese tema, visita en el centro de la ciudad es el Museo Histórico del Oriente, del que se dice es el museo de la Orinoquia colombiana con las colecciones más completas en lo que este territorio representa. Y si quieres entender el arraigo llanero hay distintas posibilidades de visitar fincas tradicionales en dónde conocer los trabajos de campo de toda la vida, así como sus mitos y leyendas. El 25 de julio es el Día de la Llaneridad, así que la ciudad la muestra toda. Y si quieres descubrir su música, un imperdible es el Festival Internacional de Contrapunteo y Voz Recia Cimarrón de Oro, la segunda semana de diciembre. Si vas en otro momento del año, pásate los jueves por la tarde por el Hotel GHL Style Yopal, en donde se hacen representaciones musicales tradicionales. Si armas tu paseo en Semana Santa no dejes de asistir al Festival Nacional de la Hayaca… todo un deleite. Aquí, arma tu paseo visitando también a los artesanos del Mapa: las tejedoras Leonilde Peña y Ester Martínez, el tallador Juan Miguel Molina y los hermanos Barragán, músicos que hacen maracas, herederos del famosísimo Guadalupe Salcedo.
A 92 kilómetros de Yopal, hacia el norte del departamento, está Paz de Ariporo, casa del maestro de las campechanas Hermes Romero y de la artesana del totumo Lorena Vanegas. Antes de llegar, no dudes en parar en Pore (72 kms), tierra del famoso cantautor llanero Cholo Valderrama. Paz de Ariporo es reconocido por su peregrinación a la santa patrona, la Virgen de Manare; sus fiestas patronales del 6 de enero son únicas. En Semana Santa se hace el festival del Trompo y la Zaranda, que rescata los juegos infantiles tradicionales. Un plan recomendado es ir al Hato La Aurora, una reserva en donde se pueden observar jaguares, venados, chigüiros y muchas aves (importante entrar por el lado de La Cristalina); también allí se puede vivir la experiencia de trabajo de llano y aprender a herrar, comer mamona y oír cantos de vaquería. Los pazariporeños recomiendan comer cerdo al hoyo, cosido dentro de un hueco; también probar el tradicional pisillo, o carne seca que se muele y se tritura, la pira, que es la misma carne seca, pero en cuadritos, con la que se hace la sopa de pira.
YOPAL – AGUAZUL
Ahora el paseo es hacia el sur. A media hora de la capital (26 kilómetros) está Aguazul, el lugar en donde queremos que visites a Fredy Landines, lutier que fabrica cuatros. La Laguna del Tinije, el sendero de los farallones los identifica y el avistamiento de aves es una de las cosas por los cuales se conoce el municipio. Además del cultivo de arroz, por lo cual una bebida típica es el guarruz, o masato de arroz con queso. Y si de comer se trata, visite, sí o sí, a doña Emelina Ríos, en La Cocina de la Mamá Señora (finca Santa Mónica), para conocer los platos de antaño, en sus preparaciones y sabores. Además, un personaje imperdible a conocer es el señor Argemiro Pirabán, “el llanero veguero”, el hombre con el cual sumergirse en la purita llaneridad. Verlo enlazar, colear y cabalgar, es toda una experiencia.
A 64 kilómetros de Yopal, este es un paisaje de piedemonte y montaña, en el cual se puede hacer un safari llanero en el Hato Barley, un lugar en donde hacer una inmersión ecoturística. Desde las montañas del municipio se pueden ver los farallones de San Miguel. Un atractivo turístico de la zona es su réplica al Arca de Noé, una tremenda obra de madera de más de sesenta metros de largo. También hay piscinas naturales. En marzo está el Festival Internacional del Rodeo, un encuentro folklórico y musical en donde se presentan los mejores músicos llaneros, nacionales y del vecino país de Venezuela. Aquí queremos que conozcas a Avelino Moreno, un músico y lutier con el cual se puede hablar horas de música y cultura llanera. Prueba su piña deshidratada y el café de la zona. Ahora dirígete a Villanueva, a una hora de Tauramena, allí podrás hospedarte cómodamente. Allí podrás visitar a Martha Yaneth Rojas, artesana del papel maché. A este municipio lo distingue la palma de moriche, una palma nativa que revela las muchas colonias que en este lugar viven (el Festival de las Colonias, a mediados de agosto es famoso). Allí tienen planes para todos los gustos: turismo religioso y de sanación hacia la Virgen del Caracolí; para avistamiento de aves y senderos ecoturísticos (ruta Aguaclara), de paisajismo de bosque (ruta San Pedro), de lagunas y paseo por el río Upía (ruta de Santa Helena).
La mamona o ternera a la llanera es un asado de carne tierna de becerra que se sazona con sal y cerveza. Se ensarta en varas de cubarro, una palma espinosa, y se cocina alrededor de una hoguera con mucha brasa. Se acompaña con yuca, topocho (un tipo de guineo) y plátano maduro. Es el plato más emblemático del Llano y se suele preparar en ocasiones especiales como festivales ganaderos o ferias. Disfrútala en La Mamona, en los asaderos La Llanerita, Aquí es Purrundun y El Ranchon de las Carnes, entre otros.
La Red Turística de Pueblos Patrimonio de Colombia es un programa especial del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, ejecutado por FONTUR, que trabaja con 17 municipios de Colombia que poseen declaratoria de Bien de Interés Cultural (BIC) a nivel nacional para su valoración y proyección mediante el turismo, generando así más oportunidades de desarrollo y sostenibilidad en las comunidades.
La Medalla a la Maestría Artesanal es un galardón que Artesanías de Colombia entrega anualmente, con el cual se hace un reconocimiento a aquellos artesanos, empresas y comunidades artesanales que, contando con una trayectoria destacada, sobresalen a nivel nacional por su excelencia en el oficio así como por preservar el quehacer artesanal.
Es un signo distintivo que identifica productos reconocidos o famosos por tener una calidad o características específicas derivadas esencialmente del lugar de origen y la forma tradicional de extracción, elaboración y producción por parte de sus habitantes. La protección conferida sobre una Denominación de Origen implica que ninguna persona puede identificar con la denominación protegida productos iguales o similares a los amparados, cuando no provengan del verdadero lugar y no cumplan con las características o calidades que le han dado la reputación al producto reconocido. Las Denominaciones de Origen para productos artesanales colombianos que han sido protegidas por la Superintendencia de Industria y Comercio en nuestro país son actualmente 12.
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