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Agustín Francisco Tenorio Angulo

Taller: Taller Crispulo Ramos
Oficio: Luthería
Ruta: Ruta Ipiales - Tumaco
Ubicación: Tumaco, Nariño


Imagen de Medalla Maestría Artesanal

Esta historia comienza con la llegada de los juguetes de plástico a Tumaco, hace más de cincuenta años, y con las ganas de un jóven Agustín Francisco Tenorio de ver sonrisas en los rostros de su comunidad. A los catorce años conoció el potencial de trabajar en grupo cuando, con sus amigos, formaron el grupo de baile Cucurucho con el objetivo de recolectar dinero y traer los novedosos juguetes de plástico a los barrios Panamá, La Comba y Herrera para hacer a sus niños felices. A punta de baile descubrieron el poder de un equipo, y de la música. Desde entonces, el maestro Francisco se dio cuenta de que los niños y jóvenes necesitaban algo que los hiciera sentir importantes y que los igualara en sociedad.

Naturalmente, en el camino del ritmo, la danza los llevó a la música, y la música a los instrumentos. Lo que empezó con el baile rápidamente se tornó en unas ganas inmensas de interpretar la música que los hacía moverse, y una vez aprendieron a tocar la marimba, los cununos, bombos y guasás, quisieron aprender, además, a fabricarlos. En sus visitas al taller de don Salvador, y a la casa del maestro luthier Críspulo Ramos, de quien se volvió ayudante, Francisco aprendió cómo se hacían los bombos y cununos, convirtiéndose él mismo en maestro luthier.

Lo sorprendente de esta historia es que la luthería de los instrumentos tradicionales del pacífico es tan solo una de las facetas de la inmensa labor del maestro Francisco Tenorio. Su taller de instrumentos, bautizado Críspulo Ramos en honor a su maestro, comparte casa, su casa, con una escuela de danza, una escuela de música, una biblioteca y un espacio de refuerzo en lecto escritura para niños desde los 5 años. A todos estos esfuerzos los agrupa TUMA, la Fundación Escuela Folclórica del Pacífico Sur, fundada por el maestro con un claro objetivo: conservar las manifestaciones culturales del pacífico sur para, a través de ellas, conservar la vida, la paz y la armonía.

Lo que vemos hoy es el resultado de toda una vida trabajando en equipo. Por eso, cuando el maestro habla, lo hace en plural. A cargo de la gestión de la Fundación está Rosa Angélica Tenorio, su hija, pues trabajan en familia y con los muchos hijos que la danza le ha dado al Maestro. En el taller de instrumentos están Kevin Leandro Cortés, Juan Cuero, Yair, Luis, Fausto Cortés, y los más de 20 covadores encargados de ahuecar el cuerpo de los tambores. En la escuela de música, el maestro John Jairo Cortés. En la escuela de danza, Fernanda Tenorio Quiñones. Y en la biblioteca, encargada de los refuerzo académicos, Natalia Bermúdez, a quien, cuando hace falta, la apoya María Fernanda Tenorio, quien dirige las rondas y juegos con los niños. El maestro Francisco no pasa de largo cuando ha de referirse a las labores de cada uno, e igualmente, hace la salvedad: en la fundación, todos hacen de todo. Cómo no, si tienen el ejemplo del maestro, el claro testimonio de una vida dedicada al servicio y las artesanías.

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