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Corporación de Artesanos de La Cumbre

Taller: Corporación de Artesanos de La Cumbre
Oficio: Tejeudría, alfarería ycerámica y marroquinería
Ruta: Ruta Valle del Cauca
Ubicación: La Cumbre, Valle del Cauca


Con un objetivo en común, los variados integrantes del grupo de Artesanos de La Cumbre formaron esta particular corporación. Este es el punto de convergencia de oficios como la tejeduría, la cerámica, la marroquinería, el trabajo en madera y la pintura, y de personas dedicadas a oficios tan variados como la contaduría, ingeniería de sistemas, educación, hotelería y artes. Lo que los une son la ganas de rescatar las artes a las que ellos llaman ancestrales y darle a los jóvenes del municipio una opción de vida como artesanos. A largo plazo, sueñan con tener su propia Escuela de Arte para motivar a los jóvenes ofreciéndoles una educación formal.

El presidente de la corporación, de la que hacen parte 21 personas, es Gustavo Enriquez. No tiene formación en las artes sino en ingeniería de sistemas y educación, pero en este grupo encontró una forma anhelada de ayudar a los jóvenes, por quienes trabaja e idea planes. Soñaba con darles trabajo y familiarizarlos con una de sus pasiones, la tecnología, y se encontró con que el trabajo artesanal no solo es un campo abierto para que los jóvenes encuentren una vocación y empleo, sino que se beneficia del uso de tecnologías de punta. En el grupo, Gustavo se encontró con artesanos como Gerardo, quien además de ser contador especialista en tributación, es artista plástico. Tiene, desde hace 15 años, un hotel que destaca por las 260 especies de heliconias que en él crecen, y un profundo interés en la enseñanza de distintas técnicas. Gerardo pinta, teje, hace cerámica y vitrales, y en el grupo encontró un lugar donde conjugar su negocio de años con sus ganas de enseñar: da clases en el hotel a turistas y a personas interesadas en aprender con la corporación.

Habiéndose encontrado, estos artesanos idearon un plan a cinco años en el que cada año se concentrarían en un arte ancestral, harían cursos y buscarían formas de facilitar el acceso de la comunidad a las distintas técnicas. Para esto, tuvieron que contemplar todo el panorama. La Cumbre era un municipio cafetero por el que pasaba el ferrocarril y muchos de sus habitantes se dedicaban a hacer sacos en fique para los granos de café. Por lo tanto, es un municipio de artesanos, no solamente de tejedores sino de alfareros. Pero hasta ahora no se habían organizado. Además, los artesanos consiguen sus insumos en la capital del Valle y quienes quieren aprender se enfrentan con los altos costos de los artefactos y materiales.

En 2022, el primer año del proyecto, se dedicaron a los telares y se dieron cuenta de que fabricar un telar es cosa seria. Se dieron a la tarea de aprender cómo hacerlo de manera tradicional, en impresión 3D y en corte láser, y ahora tienen telares María o de mesa livianos, desarmables y accesibles, que pueden llevar a donde decidan reunirse para tejer en comunidad. Con su invento, solucionaron problemas de costos, accesibilidad y espacio. Ahora que están atravesando el segundo año, dedicado a la cerámica, se han enfrentado con problemas similares, pero no les faltan soluciones. Han estado desarrollando un torno pequeño y liviano, que sea portátil y barato, pues los tornos suelen ser artefactos costosos y difíciles de conseguir, ya que son tan especializados.

Además, cada año no solo contempla una técnica sino un tema que cobija todos los proyectos que desarrollen y las clases que den. El tema del año de los telares fueron los colores de La Cumbre. Se inspiraron en un fenómeno propio de estas tierras altas, donde se encuentran los vientos del pacífico con los del interior y dan vida a la niebla y los amaneceres y atardeceres coloridos y singulares que contrastan con el verde de sus montañas y los colores tierra de sus partes semidesérticas de donde, por cierto, se extraen arcillas. El tema del año de la cerámica ha sido la tángara multicolor, un ave popular de esta zona, llamativa y preciosa por sus plumas amarillas, verdes, azules y negras.

Los retos los seguirán alcanzando y ellos los seguirán solucionando. Planean dedicarle el próximo año a los cueros, el siguiente a la madera, y el que sigue a la pintura. Sin duda, pasados los primeros cinco años de su proyecto, La Cumbre tendrá acceso a nuevos artefactos, herramientas y capacitaciones, todo gracias a este grupo de personas con una vasta imaginación y empeño. Si los visitas, podrás aprender junto a ellos de tejeduría y cerámica, en uno de sus cursos diseñados especialmente para turistas.

Artesanos de la ruta

Artesanos de la ruta

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