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Edilson y Eduard Castrillón

Taller: Muebles Castri
Oficio: Trabajos en madera
Ruta: Ruta Caldas
Ubicación: Salamina, Eje Cafetero


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  Carrera 7 # 23-0 Salamina, Caldas
  3127204264
  mueblescastri@yahoo.es
  @mueblescastri

A este par de hermanos los separa una pared. Basta tocar el timbre de la casa de al lado, halando un palito dos veces, para saber que el tinto está servido. Conviven y comparten , felizmente, no solo trabajo sino la vida familiar que se reúne en la mesa de 1913. Con un motor: honrar la memoria de su papá, Jesús Antonio Castrillón. Se saben carpinteros a mucho honor y hablan del oficio con la pasión y el respeto que les imprimió su padre desde siempre. Cuando se adentran en los bosques para ir a cortar los árboles que luego transformarán en muebles, balcones o artesanías, lo hacen a la manera de un ritual y les piden permiso para hacerlo. Se los agradecen, les prometen un uso digno de sus entrañas y les piden perdón por atentar contra ellos. Se descalzan y los recorren, se visten para hacerlo.

Aunque esta familia no es originaria de Caldas, sino de San Félix, en Antioquia, de allí salieron primero para Pereira, por cuenta de la violencia, y terminaron en Salamina, convirtiendo a este lugar en la patria de sus afectos y su talento. En este pueblo cafetero pudieron darle una dimensión inmensa a un trabajo que ya lo era todo para ellos y en donde toda la familia siempre ha participado en sus distintas etapas de producción. En Salamina se encontraron con una joya patrimonial, el sitio que les permite sentir que la belleza de la madera es tan potente como un bosque, pero vuelto talla impecable en balcones, marcos y muebles.

No es fortuito que Edilson tenga una foto de un púlpito de 1911 sobre su escritorio. Debajo, reza la firma de Eliseo Tangarife, el nombre que más reverencia produce en Salamina, el artesano ebanista que le imprimió su sello de identidad a este pueblo con su trabajo de talla en madera. Para los Castrillón es su modelo, su inspiración, la metáfora del tiempo, paciente y constante, que implica trabajar la madera. Estos dos inspiradores, esos dos “padres” del oficio, les han dictado ejemplo. Su padre, curioso infinito, erudito, lector, investigador de materiales, aventurero de las manos, delicado tallador, inventor de las herramientas con las cuales alcanzar las más finas tallas. Tangarife, por su parte, como ese heredero y legatario de los estilos europeos llevado a las montañas cafeteras; combinación de Luis XV o Rococó al Art Nouveau con sus formas modernistas en hierro –por lo cual también trabajan la metalmecánica para poder llevar a cabo delicados trabajos de restauración arquitectónica patrimonial–, todo lo han aprendido y a los más delicados oficios se le miden.

Oírlos hablar emociona. Porque se les siente cómodos y realizados con lo que hacen. Y se saben maestros, como lo reconoce el que estén en el libro Oficios del Paisaje Cultural Cafetero. Eduard, cuenta, además, del papel rehabilitador del trabajo que realizan en Muebles Castri, porque allí muchos aprendices jóvenes usan la carpintería como terapia sanadora luego de pasar un mal rato en el terreno de las adicciones. La dedicación, la exigencia y el cuidado del detalle les permite reencontrar el rumbo. Eso lo enorgullece. A todos. Y si hay alguien que se hinche de emoción al hablar de la familia es Laura Sofía, hija de Eduard y nieta del patriarca Castrillón. En sus manos y corazón reposa el museo que contiene las máquinas creadas por su abuelo y algunos de sus mejores trabajos. Formada en turismo, sabe que será la vocera de este saber artesanal salamineño desde el lado de la comunicación.

Aunque no son de Salamina, se han ganado su lugar allí. Cómo no si la quieren tanto. Lo que demuestra que uno decide de dónde es y en qué lugar su corazón se asienta y brilla. Y para esta familia, este rinconcito tan lleno de historia es su lugar favorito para hacer historia.

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