Taller: Artesanías y sombrería Derby
Oficio: Tejeduría
Ruta: Ruta Pasto - Sandoná
Ubicación: Sandoná, Nariño
Fanny es la cuarta generación de una tradición de artesanas que inició con María y siguió con Laura e Inés. Todas, tejedoras de palma de iraca o toquilla y conocedoras de todos los secretos del sombrero sandoneño. Por años perfeccionaron la técnica del tejido fino del sombrero Panamá que siempre se hizo, curiosamente, en Nariño.
Tiene claro el recuerdo de su abuelita contándole cómo por los años de 1970 un “gringo” fue quien impulsó la elaboración de este producto que pondría a Sandoná en el centro del universo artesanal y que, años después le otorgaría al sombrero la denominación de origen y el sello de calidad Hecho a mano de Icontec.
El pueblo entero, siempre entregado a la tejeduría, se volcó a la especialización del sombrero y así, desde Linares, municipio a hora y media de Sandoná, llegaban cargamentos permanentes de palma ripiada, cosechada, cocinada y secada a punto para el inicio de la labor. Los hijos de este pueblo tranquilo se criaron entre esas fibras blancas. Hombres y mujeres tejían, y el sustento de la familia derivaba de lo que les daban por los sombreros que producían.
Fanny rememora esa infancia entre todas esas mujeres tejedoras y se ríe al recordar cuando desde Artesanías de Colombia les propusieron que le metieran color a sus creaciones, porque para su mamá fue como una especie de sacrilegio, “¡se van a ver como payasos!”, decía, pero cedió a la resistencia al ver el resultado bonito y cómo eso hizo que se abrieran nuevas posibilidades. Éstas llegaron de la mano del Reinado Nacional de la Belleza y el Sombrero Real que hizo esa madre descreída pero que salió en las revistas de moda y que atrajo la mirada y las ganas de colaboración con ellas de diseñadores de la talla de Hernán Zajar, Juan Pablo Socarrás o María Luisa Ortiz, entre otros.
Y así, con los años y el dominio artesanal, se volvieron empresarias. Se inspiraron en las actrices de telenovela y multiplicaron los tejidos de los sombreros, con diseños torcidos, jaspeados, acordonados o de doble paja y empezaron a ir a las ferias y a ofrecer sus productos en Bogotá, Cali, San Andrés, La Guajira, Medellín y Santa Marta, así como a ampliar su portafolio. También aprendieron a hacer carteras, bolsos, individuales, bisutería, muñequería y canastos. Hoy Artesanías Derby tiene una tienda plagada de productos y su producción beneficia a 50 familias.
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