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Espiral Misak y Patricia Hurtado

Taller: Espiral Misak
Oficio: Tejeduría
Ruta: Ruta Cauca
Ubicación: Silvia, Cauca


Patricia habla con el orgullo de saberse una heredera del conocimiento de su cultura misak. Sabe que cada palabra que pronuncia es el legado de los shures y shuras, de sus mayores o abuelos, y que cada puntada que da y de la que habla es el recuerdo del paso por la tierra de sus ancestros. También reconoce que es apenas una voz más, empoderada eso sí, pero que es miembro de una comunidad de mujeres que junto a la lideresa Cecilia Tombé, o “Mamá Ceci” como se le conoce, fundaron Espiral Misak en 2015, con la misión de seguir divulgando su identidad, así como reencontrando lo que se ha ido perdiendo con los años.

Justamente valorar el trabajo artesanal es una de esas formas de reencontrarse. Algo esencial porque en esta comunidad, y muy marcadamente, el atuendo con el que se viste prácticamente a diario es lo que se podría considerar una artesanía y, por ello mismo, plantea algunos dilemas acerca de su uso en quienes no hacen parte de la comunidad indígena. Cuenta que alguna vez, no hace tanto, un turista llegó a admirarle una mochila a una mujer indígena misak y le preguntó que cuánto valía y ella solo pudo responder que lo que le quisiera dar. “A raíz de eso inicia esto de empezar a valorar tanto nuestro tiempo como saber la habilidad la tenemos, pues es un don de nuestros mayores, de transmisión de generación en generación”, explica Patricia.

Parte de este inmenso ejercicio de reconocimiento ha sido sentarse entre ellas a entender que eso que saben hacer tan bien, tejer, es un legado y, como tal, cuenta una historia que se recuerda cada vez que se sientan a hacerlo. Además, que la transmisión de saberes significa compartir estos relatos tejidos y vestidos en anacos, sombreros, chumbes y collares. De hecho, hacen una mochila en homenaje a una de esas mujeres fuertes que han dejado huella en la comunidad, como Mamá Manela, así que cada vez que tejen siguiendo sus puntadas, la traen al presente. Asimismo, hacen el diseño Semillas, recordando a través del diseño de la mochila cada gota de agua que cae en la tierra como la potencia de la vida. Es su manera de celebrar la vida y el nacimiento. Adicionalmente, tener y ganar fuerza les ha significado también ventilar paulatinamente el machismo que ha rodeado desde hace tanto a las mujeres de esta comunidad para empezar a ponerle un freno, entendiendo que el oficio artesanal también le aporta a la economía del hogar. Patricia, junto a su esposo Segundo Tunubalá, empezando por casa, están intentando cambiar la forma de relacionarse del pueblo guambiano o misak, creando unas relaciones más horizontales entre la pareja. De hecho, Segundo es el único hombre que pertenece a Espiral Misak, tan comprometido como está con la causa de los derechos de las mujeres.

Es así que, con este empoderamiento, estas mujeres están creando una nueva narrativa de sí mismas, y con ello, también del departamento del Cauca, a veces injustamente tildado de violento por la fiereza y persecución de la dignidad de sus comunidades indígenas, cuando las violencias que han atacado por años al departamento tienen primordialmente otros orígenes que ellos mismos buscan derrotar buscando el equilibrio de nuestra relación con la tierra. Espiral Misak lo sabe, por lo cual nos invita a visitarlos y así darnos un caluroso baño de esta cultura pacífica y armónica.

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