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Francisco Castañeda

Taller: Kio
Oficio: Cestería y tejeduría
Ruta: Ruta Guaviare
Ubicación: San José del Guaviare, Guaviare


AGENDA TU VISITA

  Sector Libertad, San José de Guaviare, Guaviare
  3209671580
  franciscocastanedabeltran5@gmail.com

A pesar de que su comunidad Jiw sea la de mayor número de habitantes indígenas en el Guaviare, Francisco Castañeda teme que cada día haya menos artesanos. Son pocos quienes han aprendido el oficio y que todavía tienen su arte, a diferencia de quienes no quieren tejer porque es un trabajo largo, que requiere de tiempo, esfuerzo y rebusque. Que haya quienes no quieran aprender ni mostrar sus creencias y cultura se debe, según él, a las distintas formas de ser de cada quien: todos tenemos distinto pensamiento y por eso a algunos les da miedo o pena dedicarse a la artesanía o mostrar su lengua. Francisco sueña con ser un representante de su cultura y transmitir el conocimiento que Dios le ha dado espiritualmente sobre sus leyendas, artesanías e historia, para que no se pierda. Por ahora, lo hace desde el tejido en cumare.

Sus ancestros eran nómadas y navegantes de los ríos Guayabero y Arari, afluentes del río Guaviare. Los abuelos y mayores cuentan que fue Naxaen quien les dejó el conocimiento de los tejidos, cultivos, la pintura, y los cantos y danzas rituales. Les enseñó a tjiwejer mochilas, bolsos y manillas en cumare y, en warumá, implementos de cocina indispensables para su alimentación como cernidores, matafríos, canastos y balay. Les enseñó a cultivar plátano, piña, naranja, batata, avena, caña, yuca dulce y yuca brava, tan fundamental en su alimentación y que requiere ser procesada para poder ser ingerida, pues de otra manera es venenosa y mata a quien la consuma cruda.

La sabiduría de Naxaen tuvo que atravesar muchas generaciones y mantenerse viva antes de llegar a Francisco a través de sus parientes y abuelos. Su tío Bernardo le enseñó, a los 19 años, a usar el cumare para tejer mochilas y manillas. Le dijo «esto lo tiene que aprender porque usted es un indígena». Después, a los 24 años, aprendió a hacer lo de la cocina de la mano de su suegro, Jaime González. Ahí supo cuán esquiva es la planta de warumá y el valor de los matafríos, cernidores, canastos y balay que se tejen con ella y que se usan en el día a día para procesar la yuca brava y preparar casabe y fariña. Por último, a sus 30 años, recibió de un abuelo Jiw el conocimiento de los cantos y las danzas de su pueblo.

El cumare es una palma nativa de la Amazonía, la cuenca del Orinoco y Trinidad y Tobago. Francisco va a buscarla con su esposa e hijo una vez a la semana. De la palma toman los cogollos, los van a amarrando entre ellos y cuando tienen ocho o diez, vuelven a su casa para procesarlos. Les sacan las fibras con un cuchillo y después las dejan, por uno o dos días, en agua con jabón rey o limón. Eso hace que le salga lo verde y deja la fibra blanquita. Luego la secan al sol, como la ropa, y una vez seca, pueden tinturarla o empezar a tejer. Los tintes naturales que usan viene del totumo, que da café, el achiote, que da rojo o anaranjado, y el açaí, que da morado. Estos tres colores simbolizan el café de los techos de la maloca, hechos de palma de moriche, el rojo que usan en sus cuerpos para proteger a los recién nacidos y a quienquiera que vaya a entrar a la selva, y el morado, que recuerda a las flores. Para tejer la fibra lista necesitan una aguja capotera, unas tijeras y un metro para ir midiendo. Lo que queda es una mochila, bolso o manilla muy duradera.

En la cultura Jiw tanto hombres como mujeres tejen en cumare. Francisco lo hace junto a su esposa y su hija, la mayor de seis hijos. Hoy, enfrentan la precarización de sus artesanías por parte de quienes no conocen todo el trabajo que implica hacer una sola pieza. Hay momentos en que Francisco siente que lucha solo, sin un equipo, yendo de puerta en puerta por San José del Guaviare ofreciendo sus artesanías. Pero sigue, con fé en el conocimiento que Dios le ha dado, haciendo y ofreciendo las mochilas que en su cultura Jiw son protectoras y sirven para todo: llevar menaje, vestuario para reuniones importantes, yopo y yagé si se es médico tradicional, o pintura, para el uso de sus costumbres.

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