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Luis Antonio Jaramillo

Taller: TARCU ARTESANAL
Oficio: Marroquinería
Ruta: Ruta Pasto - Sandoná
Ubicación: Pasto, Nariño


Es uno de los últimos maestros que conservan la tradición del repujado en cuero en Colombia. Junto con el barniz de Pasto y el enchapado en tamo, esta es otra de las maravillas artesanales que caracterizan al departamento de Nariño. Hijo de una modesta familia de cinco hermanos, todos trabajaban para ayudar con los gastos de la casa. Empezó desde abajo, haciendo dibujos y pasándolos al cuero, lijándolo y echando tinta para que luego un maestro, como Carlos Moncayo, empezara a repujar.

Pero lejanos son sus recuerdos cuando a sus 17 años el paisaje del barrio Lorenzo estaba plagado de talleres de maestros de este arte. Hoy, apenas quedan tres, siendo el suyo el más reconocido. En ese pasado se oían los martillazos y la dedicación de cada uno de estos hombres fuertes que delineaban con puntos de metal los dibujos de todos los muebles de pieles gruesas de cuero que circulaban por el país.

Fue aprendiz de estos artesanos de vieja data, uno de los cuales recuerda con admiración, Gerardo Ruiz, quien le enseñó mucho de lo que sabe y que ha sabido perfeccionar en 45 años de trabajo ininterrumpido. Con él aprendió a elaborar sus herramientas, sus puntas y martillos, todo lo necesario para elaborar estas piezas delicadas que graban sobre la piel del cuero talatanino los tradicionales dibujos de flores y ramajes nariñenses. También, las águilas y venados con los que por años ha decorado grandes muebles, baúles, bargueños y mesas, sus productos favoritos.

Oírlo hablar es detenerse en el tiempo y ver su irrefrenable paso, pues hoy son menos las personas que le encargan sus muebles a un maestro artesano comprando, en su lugar, objetos de materiales más livianos y económicos. También revela cuánto han cambiado nuestras formas de viajar, ya no con baúles masivos, pero con maletas que buscan caber en cada vez menos espacio.

No obstante, resiste y ama su oficio, va a las ferias y deslumbra con su destreza, porque la sabe única y así vende sus productos, como piezas originales y hechas a mano, que no se verán en ningún otro lugar. Y para ello, demuestra su oficio, nos invita a verlo trabajar, en esa mesa bloqueada con un yunque inmenso de piedra para que sea imposible que se mueva mientras golpea con certeza los diez tipos de puntos de metal de distintos calibres y usos que irán diseñando ese cuero que luego vestirá algún molde de madera. Maestro artesano y maestro de maestros, conocerlo es todo un privilegio.

Artesanos de la ruta

Artesanos de la ruta

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