Taller: Morfo piedra de cantera
Oficio: Trabajo en piedra
Ruta: Ruta Cauca
Ubicación: Popayán, Cauca
Ver el trabajo de Sandro Velasco es hacer un recorrido inmenso por más de 35 años en el oficio de la cantería, o la talla en piedra. Hoy es fácil quedarse maravillado por el pajarito de quinina que se ve en su taller, con su pico azul, su pecho amarillo y sus plumas verdes, pero es que por sus manos han pasado numerosos premios de diseño, reconocimientos que no lo hinchan ni un poquito de vanidad, todo lo contrario. Es generoso en el contar, detallado, cuidadoso. Tiene claro que llegar a lo que ha logrado le ha significado toda una vida transitando por distintas experiencias alrededor de su materia prima, esa piedra caliza que todo le enseñó y que le llegó como herencia de un oficio familiar, curiosamente, la talla de lápidas mortuorias y que derivó en el dominio de la piedra.
Se le atraviesan las memorias de niño de cuando le llevaba el almuerzo a la cantera a su papá, don Anuar, y allí se sentaba a verlo trabajar, como todo un perfeccionista, hasta que se fue colando en sus actividades, sosteniéndole el nivel mientras lo medía todo, y finalmente tomó su propia maceta y su propio cincel y le aprendió los mil y un secretos de cómo se selecciona y trabaja una piedra; fue descubriendo cuál es su lado más suave, cuáles son más duras o “bojosas” y cuáles más blandas y nobles o “amelcochadas”, también para qué son buenas. Le enseñaron a hacer el desalabeo de la piedra, o empezarla a trabajar, dejarla como bloque presto para tallar, labor que tiene toda una ciencia. Vivir en Popayán le abrió, además, otro universo, el del pasado patrimonial, porque al ser una ciudad con un pasado colonial tan marcado, el trabajo de piedra para los portalones y los patios de las casas se volvió el pan de cada día y les hizo buena fama; pero también, el oficio se dio por otro frente: el de la restauración arquitectónica, su conservación y mantenimiento, trabajo que le llegó a quienes mejor dominio del oficio de la cantería tenían, entre ellos su papá y sus colegas. Para él, acompañarlo en estas lides fue todo un aprendizaje. Recuerda como si fuera ayer cuando era todo un jovencito entusiasta y se maravillaba viendo a los arquitectos especializados en restauración mostrarles los planos de las piedras, así como las molduras y los detalles tallados que habrían de reemplazar para volverle a dar vida a una columna, un capitel o rehacer un muro o un puente. “Uno se quedaba atónito al ver en los diseños de esas piedras los pasados de Roma, Grecia y Egipto”. También rememora lo que nadie se esperaba: el terremoto del 83 que destruyó media ciudad.
El centro histórico sufrió mucho pues muchas de sus construcciones de más de tres siglos, así como infinidad de tapiales, se vinieron abajo o se vieron seriamente afectados. “Ahí fue donde hicimos un gran aporte y pusimos nuestro conocimiento a la orden”, cuenta recordando aquellos tiempos duros. Fueron muchos años trabajando en este campo. Hasta que a finales de los noventa se enlistó en la facultad de Artes Plásticas. Quería abrir sus horizontes y aunque la arquitectura siempre lo había seducido, al final entró a Artes. Gracias a las conversaciones y los estímulos que le dieron sus maestros se le midió a fusionar la piedra con otros materiales y, por supuesto, quiso convertirse en un escultor como Miguel Ángel, hasta que bajó sus expectativas y más bien, se dedicó a crear su propia identidad y probarlo todo con el metal, el vidrio, las resinas y la madera.
Aunque no se graduó, todo lo inspiró para el giro que le daría a su carrera como artesano, mucho más dedicado a las piezas de diseño y de decoración del hogar y que lo han hecho merecedor de numerosos premios por mejores diseños, entre los cuales el Manos de Oro o Traza Artesanal, en donde fusionó piedra y madera. Ha empezado a explorar nuevas técnicas, como el sandblasting, o el arenado, que talla a presión. Con ello sigue el camino de la escultura de este hombre inquieto y que no para de aprender y de descubrirlo todo sobre las materias primas que la naturaleza ofrece.
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