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Leidy Villamil y Hernán Páez

Taller: Arte Raquireño Tu
Oficio: Alfarería y Cerámica
Ruta: Ruta Ráquira
Ubicación: Ráquira, Boyacá


AGENDA TU VISITA

  Calle 2 # 2-35. Ráquira, Boyacá
  3143809724
  artesaniasarc@hotmail.com
  @viveundiacomoartesano
  @artesaniaraquiraarc

Aunque no nació en Ráquira, sino en Chiquinquirá, se considera raquireña de corazón y a mucho honor, al punto de que también se ha entrenado en la divulgación turística de ese municipio boyacense que adora. Leidy se casó joven y, junto a Hernán Páez, su marido tornero de tradición artesanal, aprendió este oficio de la alfarería que hoy domina, disfruta y con el que ha logrado educar a sus dos hijos.

Ambos combinan habilidades y desde hace 12 años montaron un taller a cuadra y media de la plaza principal que está en capacidad de producir, por el lado de Hernán, 100 materas por hora gracias a su dominio del torno, unas 100 lámparas mensuales decoradas con múltiples tipos de calados por ella, así como otros objetos utilitarios, además de hacer réplicas de escenarios deportivos, monumentos o plazas de toros del mundo. También hacen demostración de oficio y muchas veces les prestan a otros artesanos sus instalaciones para que horneen o terminen sus trabajos.

Leidy tiene claro cómo se han ido mejorando los procesos artesanales del pueblo, así como su oferta. Por eso, para ella ya es historia patria cuando Ráquira, hace más de veinte años, solo ofrecía burritos en barro o chorotes para la cocina. Le gusta cómo se trabaja el barro hoy, el cuidado con el que se trata la materia prima y la innovación en los diseños, mucho más avezados en introducir motivos de la naturaleza en los objetos, que hacen que todavía el pueblo le siga llamando la atención a tantos.

Mostrar estos procesos es, justamente, lo que le atrae del turismo artesanal que busca presentar, porque está convencida de que solo viendo el increíble trabajo y tiempo que se toma la elaboración de un producto de barro, la gente lo valorará como debe hacerlo.

Basta oírla contar cómo es que la enamora lo que hace, verla explicar la técnica con minucia, presentarnos a las tres mujeres que la acompañan y que, también, han sacado adelante a sus propios hijos moldeando arcillas. Se trata de una gran familia de artesanos que conservan viva la tradición alfarera de este pueblo que huele a barro.

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