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Gabriel Riveros y Gladys Vargas

Taller: Anudados y trenzados
Oficio: Tejeduría
Ruta: Ruta Santander
Ubicación: Curití, Santander


Fueron las dos agujas de doña Margarita Lamus las que dieron inicio a esta historia de familia. La mamá de Gladys no solo hacía sacos para cargar papa en fique sino que dominaba esa técnica para hacer tapetes y, tanto ella como su esposo Gabriel y ahora su hija Julieth Sulai, heredaron su saber. No obstante, Gabriel dio un paso más y probó un tejido con nudos en telar vertical que se ha convertido en el sello de este taller a la entrada de este pueblo de tejedores, como se le conoce a Curití. Muchas de sus creaciones decoran fincas de tierra caliente del país. También han ampliado el portafolio con bolsos y productos de fique por encargo, así como han colaborado con diseñadores de interiores, como la barranquillera Mónica Urquijo, con quien Gabriel se adentró en el tejido en abacá, otra fibra natural, originaria de Filipinas. Sus creaciones hoy reposan en Estados Unidos, España, México y Alemania y, para su fortuna, una situación inesperada como la pandemia de Covid-19, les significó muchísimos pedidos más por ese deseo de decorar el hogar que se hizo explícito con este mal planetario. Todo lo hacen dentro del taller, por eso mientras él está haciendo la cabuya, sus compañeros artesanos están tejiendo en los otros telares, otros más peinan el fique y lo tinturan, y los últimos lo hilan. Un equipo que trabaja unido, de 15 artesanos que están dentro del taller, e indirectamente otras 60 mujeres que hilan, tejen a dos agujas y hacen bolsos; Gladys cobra y Gabriel enseña porque, como él mismo dice “si uno aprendió de otros, uno tiene que enseñarle a otros. Porque uno se muere y el trabajo queda”.

Artesanos de la ruta

Artesanos de la ruta

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