Taller: Telus artesanías
Oficio: Alfarería y cerámica
Ruta: Ruta Santander
Ubicación: Oiba, Santander
El pueblito pesebre de Santander, Oiba, con sus calles coloniales y su templo de San Miguel Arcángel, descansa sobre una reserva de caolín que lo ha hecho famoso por sus miniaturas de capillas, iglesias y fachadas de casitas campesinas hechas en cerámica, el souvenir que tantos colombianos tenemos colgado en alguna pared o pegado a la nevera. A esa tradición artesanal se unió Teresa de Jesús a pesar de no haber crecido en una familia de alfareros, y su talento para el oficio fue una grata sorpresa, además de su habilidad para darle un giro a las piezas típicas.
Ya estaba familiarizada con el caolín, pues junto a su esposo, Joselín Mejía, se dedicaron por años a la fabricación de pinturas para casa y estuco. Aprendieron a hacerlas experimentando, mezclando el caolín de las minas con las tierras de colores, y vendieron pinturas de distintas durabilidades hasta que llegaron las empresas grandes y la gente prefirió comprar las industriales vendidas en cuñetes. Cuando el trabajo disminuyó, con más tiempo para sus pasatiempos, Teresa empezó a invertirle más a la cerámica.
Poco a poco sus conocidos empezaron a ver lo que hacía, y a pedirle piezas para comprar. Al principio hacía muñecas, pebeteros y pesebres que, según ella, le quedaban feitos. Aprendió como todo alfarero, perfeccionando el trabajo a costa de perder piezas, y se capacitó en el Sena al tiempo que su esposo aprendía sobre quemas y a sacar el barro de las quebradas, para seguir trabajando en equipo, como siempre lo habían hecho.
A Teresa de Jesús se le despertó un don antes desconocido para el dibujo y la cerámica. En sus creaciones, que le dan un giro a las típicas fachadas de iglesias, casitas campesinas y balcones, hechos con moldes, se puede aún apreciar el espíritu de las piezas más tradicionales. En ellos dibuja las escenas del día a día del pueblo, la iglesia de Oiba y las casas circundantes, la gente y sus animales. Ella dibuja el paisaje que conoce y lo plasma en jarrones y materas. Además, hace vírgenes y rosarios decorativos, de pepas gigantes y pensados para decorar una pared.
A tiempo que sigue experimentando, y que hace parte de una asociación de mujeres socorranas que trabajan con el caolín de la vereda Barro blanco, a quienes les comparte todo lo que ha aprendido, se ha perfeccionado en las piezas de cerámica Guane, que copia con detalle y amor. Todo lo que hace lo promociona bajo el nombre de Telus, en honor a la diosa romana de la tierra, quien la devuelve a las raíces de su creatividad.
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