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Jaime Darío Benitez García

Taller: Joyería Jimmy
Oficio: Joyería/Bisutería
Ruta: Ruta Antioquia
Ubicación: Santa Fe, Antioquia


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  Calle 10 N . 8- 60
  3117758109
  joyeriajimmy@yahoo.es
  jimmy@yahoo.es

Los Benítez son de las pocas familias que quedan en Santa Fe de Antioquia con la herencia de los hacedores de filigrana. Abuelo, padre, hijos e hijas, y hoy, hijos de los hijos, todos han preservado la tradición y le han entregado sus ojos a la delicada minucia de hacer del hilo de oro una joya. Jaime Benítez, legatario de la tercera generación, tiene grabado un instante de emoción en su carrera de más de 40 años.

Alguna vez, estando en Medellín, se topó con una mujer de la que pendían un par de aretes que supo, de inmediato, eran suyos. Tuvo la precaución de no quedarse mirándola, pero se regaló el deleite de ver su trabajo llevado con elegancia. Esa finura es la que aprendió a imprimirle a cada pieza realizada con paciencia y entrega, fundiendo mil veces los pétalos que le quedaban mal hechos hasta que ya no volvieron a quedarle torcidos, lo mismo con las plumas del pavo real y los nudos santafereños.

Recuerda que empezó haciendo granitos de oro para hacer los tomatillos, la pieza más básica en la filigrana, para seguir con la cadenita de espartillo y aprender a manejar de una mejor forma el soplete para la soldadura sin que se fundieran las piezas y así lanzarse a hacer rositas, una práctica larga que permite seguir con el vestido de los pétalos. Lo dice, serio, “esto no es de un día para otro”, y es fácil creerle al observar con detenimiento las minúsculas piezas llenas de mundos de la imaginación y la destreza que revelan décadas de dominio de la técnica.

Cada farol, canasto, flor, bola o mochila en miniatura, como prendedor o arete, es testigo de su devoción al oficio. También cuenta que cuando empezó solo había dos joyerías en Santa Fe, la de Guillermo Vargas y la de José Ulrico Figueroa, y que el mercado se movía en los alrededores del pueblo, en Sopetrán y San Jerónimo, también, que la tradición de ponerle una pulserita, cadenita o aretica a los niños recién nacidos, era un símbolo de buena suerte que intenta preservarse hasta la actualidad. Ha visto a través de los años cómo se ha ido popularizando en la joyería, por cuestiones de economía, el uso de la plata, aunque el oro sea el que le haya dado la relevancia nacional a la filigrana santafereña y que, a pesar de su costo, seguirá existiendo.

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